Unos amigos nos invitaron a hacer una actividad, pero no querían decirnos qué era! Finalmente llegó el día y nos encontramos en el sitio acordado. El cartel del local ponía ESCAPE ROOM.
- ¿Qué? ¿Qué es esto?
- Pues… ya lo veréis.
¡Y para adentro! ¡A jugar!
El juego acabó y estábamos emocionadísimos. No podíamos creer lo bien que lo habíamos pasado. Una hora de experiencia, ¡pero una hora INOLVIDABLE!
La charla sobre lo que habíamos vivido y todo lo que habíamos hecho se extendió por un buen rato y todos coincidimos en que nos habíamos sentido como niños.
En casa seguimos hablando y hablando y de repente… Bam! Surgió la idea: ¿Y si montamos un Escape Room para niños?
¿Será que estos juegos existen solo para adultos o los hay también para niños? Nos preguntamos.
Buscamos en Google y no solo no encontramos Escape Rooms para niños en Barcelona sino que tampoco encontramos Escape Room para niños en Madrid… ¡Ni en España entera! Solo encontramos Escape Rooms para adultos o Escape Rooms familiares.
No podíamos creerlo. ¿Cómo podía ser que no hubiera un Escape Room para ellos donde ir a pasar un rato tan divertido entre amigos...? ¿O tener un lugar en donde celebrar un cumpleaños diferente? Enseguida nos dimos cuenta de que era necesario montar uno exclusivamente para niños y adolescentes.
Aparte de la necesidad de montar una actividad para los más peques que faltaba en Barcelona, también exisitía otra necesidad…
En ese momento, Carla estaba sin empleo. EMOTION! tambien nació como una salida laboral, aunque hoy en día ya no lo sentimos como un trabajo, sino como una parte de nuestra vida.
En ese entonces, Fede se dedicaba a la docencia. Él es profesor de matemáticas y como buena vocación de profe que tiene, no pudo evitar imaginarse aplicar un juego de Escape Room como método de aprendizaje en donde a la vez, niños y adolescentes pudieran divertirse y pasar tiempo de calidad.
Sabíamos que habría mucho trabajo por delante y mucho que aprender. Unimos nuestros cerebros y empezamos a trabajar en lo que a cada uno se le daba mejor.
Poco a poco fuimos dándole forma a la marca, hicimos la página web, pensamos las pruebas, pintamos y decoramos el local y construimos el material para el juego. ¡Pero claro que no lo hicimos todo solos! Tuvimos la ayuda de nuestros amigos, familia y excelentes profesionales que se encargaron de hacer todo lo que a nosotros nos resultaba imposible.
Con el paso de algunos meses ya teníamos todo listo para abrir nuestro primer juego: La Nube.
estábamos muertos de miedo y con muchos nervios.
¿Y si todo lo que habiamos hecho no funcionaba?
Teníamos que probarlo… ¡Con niños!
y recibimos al equipo. Vimos expresiones de alegría e intriga, pero sobre todo, ganas de jugar!
Nuestro corazón latía a toda prisa… Explicamos el juego como pudimos (¡Ya que nosotros también estábamos aprendiendo!), les contamos su misión y entramos. Los vimos asombrados, emocionados... ¡Estaban jugando por primera vez el Escape Room!
El juego terminó; salieron eufóricos: risas, gritos, saltos y choques de mano. Los niños habían cumplido su misión y nosotros la nuestra: ¡Se lo habían pasado genial!
Al cabo de un año, nos estaban llamando familias que ya habían jugado para volver a celebrar el cumpleaños de sus hijos con nosotros. ¡Pero el juego era el mismo que ya habían hecho!
Dudábamos en montar uno nuevo, hasta que algunas consultas se convirtieron en pedidos. ¡Teníamos que hacerlo!
Manos a la obra una vez más y en unos meses ya teníamos la nueva aventura: El Gato.
Fue muy emotivo volver a ver caras conocidas. Dos años seguidos acompañando a los niños en su día especial… No podíamos creerlo…
Aquí no hay mucha historia, la verdad... Fueron tantas las emociones que vivimos antes de abrir, que dijimos... EMOTION! Y no sabemos por qué, a veces, decir palabras en inglés suena como más guay.
Así que... así quedó, EMOTION!